Cuando las tradiciones escolares se repiten cada curso, no podemos evitar mirar atrás y a veces añorar tiempos mejores.
Hoy hemos jugado un emotivo partido: dos generaciones sobre la pista, exalumnos, dos parejas de padre e hijo. Amigos que se han brindado a participar y a los que estamos muy agradecidos: Desi, Juanjo, Juan, Maxi, José Antonio, Jaime.
Y así hemos aprendido todos una importante lección, de compañerismo, de juego limpio, de ilusión de ejemplo de los mayores y de respeto de los niños.
Este año se ha disputado en el colegio Jesús Cancio de Santander el Primer Memorial Jesús Darwin Avellaneda, en tributo a un maestro de los que dedicaron su vida profesional a formar decenas de generaciones, siempre siendo un ejemplo como compañeros, como profesionales y como personas.
La victoria ha sido de los mayores, por 5 a 2. Todos hemos ganado.
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