Podrá llegar el día que exista el colegio sin maestras. Puede que desaparezcan las pizarras y las tizas. Los bolis ya están muy amenazados. Pero nunca podrá haber un colegio sin alumnado, sin chicos y chicas.
Las niñas y los niños son por sí solos el colegio. Por ejemplo, un recreo. Todos aprendiendo de todos, relacionándose, interactuando. En un tiempo en el que las calles y los parques son muchas veces hostiles, los colegios pueden incluso ser el único lugar de encuentro de los menores.
Por eso, partir de los intereses de los niños y niñas, intentar comprenderlos, conseguir recordar nuestros sentimientos y emociones de nuestra propia infancia debe ser una prioridad.
Todos conocéis la historia del comienzo de El Principito:
En el colegio Jesús Cancio de Santander estamos aprendiendo a utilizar una herramienta didáctica para las matemáticas, de la mano de Nawal: NUMICON
Una actividad inicial es jugar libremente con las fichas, para familiarizarse con ellas. Los alumnos del grupo de Susana comenzaron a crear entre todos y el resultado fue sorprendente:
Moraleja: lo que interesa a los niños, a las niñas debe ser un punto de partida. Y si no nos gusta lo que significan esos intereses, quizá es el momento de que las familias y la sociedad en su conjunto comience a cambiarlo.
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