Es difícil para la sociedad saber dar respuesta a desafíos nuevos. Las redes sociales, la inmediatez de internet en el móvil y las ganas de hacer negocio de los desaprensivos están provocando una nueva ola de ludopatía. Los locales de apuestas en cada barrio y la machacona publicidad con docenas de rostros famosos invaden nuestras mentes y provocan adicciones complicadas, especialmente en jóvenes.
Por otra parte, la "gamificación" es una corriente pedagógica en auge que debemos aprovechar para conectar con los niños.
Las pantallas están desbancando a los juegos tradicionales. Los alumnos no conocen el nombre de los palos de la baraja porque su juego es cada vez más individual y poco activo. Por eso, que una maestra nos enseñe a jugar al POKINO es algo valioso. Susana nos ha introducido en este juego, que es una creación española y combina la baraja con el bingo. Podemos adquirirlo o recrearlo.
Con esta actividad, los alumnos mejoran sus competencias matemáticas y aprenden a respetar las reglas, los turnos, a marcarse objetivos y estrategias. Aprenden a jugar sin dinero, ganando a sus amigos, compitiendo y pasando un buen rato, educativo y tranquilo. Pensamos que es una forma de conocer nuestros límites y centrar el problema. El problema no es jugar: es apostar dinero. Si jugáis con vuestros hijos y les enseñáis a dominar sus frustraciones y a valorar los riesgos, quizá, entre todos, podamos alejarnos de la plaga de la ludopatía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario